domingo, 24 de noviembre de 2013

Capitulo 2 Parte 1

Cierra los ojos.
Siente un inmenso dolor en la nuca.
Pierde la conciencia

John abre los ojos. Lo primero que hace es pensar e intentar recordar lo que a pasado, se acuerda de su hermano, el sargento que se abalanzaba sobre el, del arma que sujetaba en esos momentos. ¿Y después, que pasó?
Observa el techo de la estancia en la que se encuentra, un techo grisáceo y soso, como todos los del poblado. Decide levantarse para visualizar su alrededor. Ve que simplemente es una habitación, hay un jarrón sobre una mesita al lado de la cama en la que se encuentra sentado, hay una pequeña ventana en la que comprueba que efectivamente sigue estando en el poblado. En la esquina de la habitación hay un espejo en el que decide mirarse.
Tiene unas ojeras inmensas, y observa como sus ojos marrones están cansados, lleva el pelo sucio y grasiento, necesita ducharse, es lo que piensa, pero sabe que no puede.
De repente en el reflejo del espejo ve otra cama, se había olvidado del otro lado de la habitación. Se gira inmediatamente y en la segunda cama ve al sargento que se echó sobre él para detenerle, necesita que alguien le explique qué pasó.
La puerta suena, y entra su padre con cara de pocos amigos.
Enseguida Patt ve a su hijo levantado mirándole confuso, va hacia el y le da un puñetazo en la cara que hace chocar a John contra la pared mas cercana. Este se tapa con la mano el lugar donde su padre le a dado, mientras siente un pinchazo doloroso en la nuca.
-¿Eres consciente de lo que has hecho,?-Pregunta susurrando su padre furioso como si el sargento que yace en la cama pudiese oírles-¿Sabes en el lío que me acabas de meter a mi y en el que te acabas de meter a ti mismo? Tienes suerte de ser mi hijo y de que de esta forma te libres un poco del castigo que te pueden llegar a poner, y de que la rebelión no este en este momento como para preocuparse demasiado por estos asuntos, pero no te libraras de un juicio, te lo aseguro. Has atacado a un sargento y todavía no se sabe ni si lo has matado, eso es sentencia a muerte en el gobierno.
-No estamos en el gobierno.
-Mira capullo, yo nunca e pedido tenerte como hijo, y menos después de lo que me estas demostrando últimamente, comportándote como un niñato. ¿Tan difícil es comportarse?
-Yo tampoco te pedí como padre, y sabiendo que puedo morir en cuanto se os ocurra hacer un ataque contra esa ciudad sí, es difícil.
-No será difícil si entrenas la mayor parte del día. Nos jugamos mucho, y cada soldado cuenta, incluido tú.
-No se ni manejar un arma.
-Aprenderás, te lo aseguro.
-¿Tan grave es como para hacer un juicio en medio de una revolución?-pregunta John.- ¿Acaso tenemos juez?
-¿Te parece leve atacar a un hombre de alto rango? Y somos aproximadamente cuatrocientas personas. Seguro que alguien puede hacer de juez.
-Para mí es una persona igual que yo. Y para que me pongan una condena antes me escapo de este maldito sitio.
-Si no te echan.

-Que me echen si tan mano dura tienen.

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