-Donde
vamos- Pregunta John mientras los guardias pasan del campo de pruebas.
-Todavía te
queda una persona con la que hablar.-Responde uno de los guardias.
Le arrastran
como si fuera una marioneta y lo llevan hasta el edificio mas grande de todos.
No son gran cosa pero lo suficiente para no llamar la atención del gobierno.
John siente
como la tierra desgarra sus pantalones cuando es arrastrado cada vez mas,
cuando entran al edificio se encuentran con un recibidor bastante sucio y
desordenado, los guardias le suben por unas escaleras estrechas y de piedra que
le conducen a la segunda y última planta. Atraviesan una sala llena de hombres
trajeados y guardias vigilando. Llegan a una puerta y entran.
Nada más
entrar John ve a Dereck en la silla de un despacho, con una mesa extensa por
delante y varios papeles desperdigados sobre la mesa. Los guardias empujan a
John a una silla y lo sientan justo delante de Dereck.
-Fuera de
aquí-Dice Dereck a los guardias.
Estos se
retiran de la sala dejándoles solos, John observa el cuarto, lleno de cuadros y
plantas por todas partes, detrás de Dereck divisa un gran mapa en la pared del
continente entero. De Trambel.
Despues de
eso su vista va directa a los ojos de Dereck, uno de ellos es negro, y el otro,
para sorpresa de John, rojo como la sangre misma. Es un hombre de unos treinta
y ocho años, pelo rapado, piel morena y traje aburrido, el típico
sargento.
O quizás no
tan típico.
Dereck busca
entre los papeles que tiene encima de la mesa hasta que da con uno en especial.
-John
Resfield, hijo de Patt Resfield…-dice después de un rato de silencio.- ¿Eres
consciente de que eres el hijo de uno de los agentes mas resistentes de este
lugar chavalote?
-De lo único
que soy consciente es de que estoy rodeado de asesinos, ya sea en la ciudad o
aquí. Todos. Lo único que queréis es sangre, la sangre atrae demonios.
Dereck
parece sobresaltarse con la última frase que dice el chico.
-No sabes
nada de demonios, niño.
-No me
llames niño, te lo agradecería- dice John desafiante- ¿Te llamo yo cuarentón?
-Veo que
eres algo maleducado, ¿Qué clase de educación te ha dado Patt?
-La ocasión
no me impide ser maleducado, y la educación que me a dado ese se le llama aquí
te pillo aquí te meto una ostia.
-Eh visto
como disparabas antes.
-Lo se ¿Y?
-Eres
realmente malo en esto.-Le dice Dereck- pero veo valentía en ese corazón débil
muchacho.
-Mi corazón
no es débil, es generoso.
-TU CORAZON
NECESITA VIDA Y ADRENALINA PARA SACAR A ESE VALIENTE QUE TIENES DENTRO.- Dereck
se levanta y mira a John con furia. Éste ve en los ojos de Dereck algo
realmente extraño.- Estas aquí para luchar, la gente de ese gobierno no hacía más
que torturarnos, utilizarnos, y eso no volverá a ser así. Hay gente que se ha
quedado allí, muchacho, y tú tienes la suerte de estar en este pueblecito y de
que te hayamos acogido. Tú verás, pero si te vas del ejército, te vas también
del pueblo. Si tanto quieres a esa ciudad, vete con ellos, pero el día que
ataquemos no te quejes si te pegan un tiro en toda la frente. La culpa será
tuya, lo que te toca en este momento es hacer caso a todos y todo saldrá bien.
John se
queda sin palabras. Quiere salir de allí ya, y ver a Ane, solo a ella, la que
siempre le ha estado apoyando, aunque eso suponga volver a la ciudad. Pero de
momento no puede hacer nada.
-¿No piensas
decir nada?-pregunta Dereck.
-Sí. Que
tengo que entrenar
Dereck
sonríe.
-Así me
gusta.
John sale de
ese asqueroso edificio y se dirige a la zona de entrenamiento. Por lo visto ya
han acabado con la primera prueba todos, y van ya por la segunda, que es
parecida a la primera. Tienen que coger una pistola y tirar a varios objetivos
con un mecanismo que los hace aparecer y desaparecer al instante. Se pone al
final de la fila y espera.
El sol le da
en toda la cara. Esto de que los entrenamientos sean al aire libre le va a
matar. Lo sabe. La fila va avanzando mientras varios disparos suenan de fondo.
Decide sumergirse en sus pensamientos y observar su alrededor. Hay pocos
edificios, pero los justos para un ejército que va a tomar una ciudad, a las
afueras se puede llegar a ver Trambel, pero no puede ver el pueblo, una gran
capa de tela cubre las vallas y no le deja ver casi nada, simplemente el alto
edificio del gobierno al fondo.
Tendría que
haberse quedado con Ane en la ciudad, por lo menos así estarían juntos y
podrían ir a dar paseos por el campo como les gusta. Pero no, el está allí, y
tiene que hacerse a la idea. La fila a avanzado y ni se a dado cuenta, queda
una persona delante de el, asique se va preparando, en ese momento se acuerda
de sus clases de educación física con Ane el último año, cuando hacían cola
para hacer la prueba que les mandaba el profesor, Pero no, tiene que olvidarse
de eso de momento, ahora tiene que concentrar su atención en sus objetivos. Uno
de los sargentos le llama para que empiece ya con la prueba.
Le dan una
pistola bien cargada y se dispone a apuntar. Otra vez los nervios.
Sale el
primer objetivo. Dispara. Falla.
Sale el segundo.
Dispara. Falla de nuevo.
-Que malo
eres- John distingue perfectamente esa voz que le grita, la de su hermano
mayor, pero prefiere no hacer caso.- ¿Así piensas proteger a tu queridísima
Ane?
Sale el
tercer objetivo. Dispara. Esta vez roza el objetivo. Por muy poco.
Le queda una
bala y todavía no ha acertado ninguna. Tiene que hacerlo como sea.
-Ella nunca
te querrá-grita el hermano- Todo el pueblo sabe que es bollera, no merece la
pena ponerte como te pones por ella.
John siente
vergüenza. Su hermano le está poniendo en evidencia delante de todos, y encima
dice algo que ni sabe. Miente. Si, Miente.
-Cállate- Le
grita a su hermano mientras se gira.
-Sino que
vas a hacer ¿Eh? Eres lo más débil que he conocido en mi vida, no te mereces ni
ese apellido.
John
explota, alza su pistola y apunta a su hermano. No es consciente ni de lo que está
haciendo, solo sabe que es capaz de hacerlo.
-¿Que vas a
hacer con eso, niñato?-Dice su hermano algo intimidado- Baja eso anda, no
tienes ni puntería para darme ni en el pecho, sino, prueba.
-Cállate-Repite
John mientras oye como dos sargentos corren hacia el.-No os mováis- Les dice.
-Vamos
hermanito, si solo te queda una bala, no te metas en líos.
-No te
muevas-dice uno de los sargentos, entre ellos Dereck.- Estate quieto.
-Siempre has
sido un cabrón, Jack- grita John dirigiéndose a su hermano-Sabes que te mereces
lo peor.
Cuando John
menos se lo espera uno de los sargentos se tira sobre el e intenta quitarle la
pistola. El sargento forcejea, John se resiste, siente miedo. No sabe qué
hacer, solo que se acaba de meter en un lio bastante gordo, pero el mal puede
con la inteligencia.
Y dispara.
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